22 ene 2012

¿Qué hora es?

Los Reyes Magos no se equivocaron al regalarnos a todos los niños y niñas un precioso reloj. ¡Sabían que pronto aprenderíamos la hora! Por eso, desde que lo colgamos en nuestra pared, a vista de todos, no paramos de preguntar ¿qué hora es? ¿cuánto falta para el recreo? ¿a qué hora haremos "la biblioteca"?...
Y es que descubrir, por los propios medios, cómo funcionan las cosas, observando y comparando, es sin duda un ejercicio práctico y útil para aprender.

Hemos comenzado aprendiendo para qué sirven los relojes: sí, son los instrumentos que sirven para medir el tiempo, pero ¿para qué nos resulta útil? La lluvia de ideas dio luz a las más ingeniosas ocurrencias: para despertarnos por las mañanas, para no llegar tarde al cole, para saber a qué hora empiezan los dibujos, para saber a qué hora nos vamos de paseo al parque, para saber cuánto le queda a mamá para llegar a casa, para decir a qué hora nos hemos ido a la cama... ¡Muy bien!

Seguimos aprendiendo las partes del reloj: cómo se llaman esos palitos que dan vueltas, por qué son de diferente tamaño, qué indican las rayitas entre los números, qué otros tipos de relojes hay... Siempre surgen mil y una preguntas que ayudan a los niños y niñas a descubrir el mundo, su entorno.

Cuando hemos conocido sus partes, hemos pasado a la acción: ¡tenemos mucha suerte! Hay relojes de madera con los que jugar en el aula, así que le hemos dedicado un largo rato a manipularlos, a inventar horas, a reír y a adivinar.

Intentamos adivinar las horas del día. ¡Doce! Esa es la respuesta más lógica de todas las que me dan. Pero... ¿a las diez de la mañana dónde estamos? ¿y a las diez de la noche? ¡Qué bien han sabido darse cuenta!

Lo siguiente en aprender ha sido las horas en punto. ¿Hay algo entre las 9 horas y las 10 horas de la mañana? ¡Sí! Hay toda una hora de clase en la que leemos, hablamos y escribimos. ¡Esto va genial! Ya nos hemos dado cuenta de que en una hora da tiempo de muchas cosas... porque está formada por nada más y nada menos que sesenta minutos.

Jugamos con las manecillas a colocarlas en las horas en punto, y a decir lo que hacemos según la hora que pongamos: a las ocho en punto me levanto, a las nueve en punto entro en el cole... Poco a poco, introducimos el concepto de "media hora", y seguimos con la misma dinámica: a las ocho y media desayunamos, a las nueve y media cogemos los cuadernos...

Hacemos demostraciones y salimos a la pizarra a completar relojes, incidiendo en el tamaño de las agujas y en lo que cada una indica. Después, repetimos el procedimiento en fichas, con relojes en blanco para dibujar las horas indicadas, y con relojes completos para escribir la hora que marcan...

Este procedimiento, obviamente, nos ocupa varias sesiones. Todavía nos falta por aprender las "y cuarto y menos cuarto", y las demás horas concretas (y diez, y veinte, menos diez...) si bien tener el reloj "de verdad" en la pared nos ayuda para repasarlo en cualquier momento.

En Educación Artística hemos hecho unos relojes grandes con cartulina, de miles de colores, a los que les hemos puesto sus agujas con encuadernadores de metal pequeñitos. Así, podremos llevarlos a casa y jugar también por las tardes.

¡Estamos muy entusiasmados aprendiendo la hora! Cuando la manejemos con soltura, la aprenderemos en inglés. ¡Con calma! Preferimos asegurar que la conocemos muy, muy bien... :-)


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